Como todos, o casi
todos, los que me seguís sabéis que mi profesión es la de Arquitecto Técnico,
aunque a mí me gustaba más el nombre de Aparejador, y por desgracia ni
historiador, ni arqueólogo. Por lo tanto coger con pinzas lo que aquí pueda
dudar o suponer, y pensad que es solo un montón de pensamientos en torno a una
maravilla que se llama Santa María de Melque.
Dicho esto, que viene
al caso, quiero indicaros que mi profesión estudia aparejos de piedra, barro y
cualquier otro material que se tercie y que la labor diaria que realizamos, o
realizaba, en las obras todos los días en bien de una buena ejecución, nos
lleva a fijarnos en muchos detalles constructivos que a muchísima gente les
pasa inadvertidos.
Ello, trasladado a los
edificios con siglos sobre sus espaldas como es el caso de Santa María de
Melque (1300 años de antigüedad), me obliga a hacer ciertos análisis de su
construcción, en el exterior, que o bien me parecen fantásticos o por el contrario
increíblemente desconcertantes.
Santa María de Melque,
siempre desde el punto de vista de un currante del ladrillo, es uno de los
edificios que tomando las consideraciones anteriores más me ha desconcertado,
tanto por sus genialidades como por sus defectos. Considérese la palabra “defecto
o defectos” desde la perspectiva
de la construcción y medios actuales.
Según entré en el
recinto me llamó poderosamente la atención la portada de la iglesia con aquel
arco de herradura, que a mi no me lo parece, mal ejecutado, su intradós
cegado por una cantería bastarda y sus pilastras sin formar un conjunto único y solido. La belleza la tiene, pero para mi gusto hay algo en el arco y
sus apeos que lo desmerecen.
Pero dejemos eso para
mas adelante y echemos un vistazo generala los muros exteriores y sus
componentes y hagámonos una serie de preguntas, ya que al observar los sistemas
constructivos me aparecen las dudas. Tengo la sensación como si el exterior del
edificio no fuese importante para el constructor, como si fuese la piel que
recubre al esqueleto, al corazón, que no es otra cosa que el interior del
templo.
Hay a mi modesto entender una mayor perfección constructiva en el interior
Y esta aseveración me
viene después de haber estado visitando el interior donde todo parece guardar
un mejor orden constructivo.
¿Por qué la talla de los
bloques de granito no guarda una constante? ¿Por qué la falta de linealidad y
horizontalidad? ¿Por qué la imperfección en los acabados de los arcos de
ventanas y accesos? Esta visión general de la construcción exterior de Santa María
de Melque me lleva a las siguientes preguntas y dudas:
a)
¿Estaba planificada la iglesia?
b)
¿Se había despiezado y elegido el tipo
de piedra de acuerdo a una medida?
c)
¿La cantera elegida tenía la suficiente
calidad para trabajar la piedra?
d)
¿Los canteros eran especialistas o
aprendices?
e)
Una pregunta que me surge en la
observación todo el conjunto es: ¿este
edificio estuvo recubierto por algún mortero en el exterior?
Está claro que a la
primera pregunta hay que decir que sí. La iglesia estaba perfectamente
organizada como un templo de cruz latina, muy próximo a la cruz griega u
oriental.
Con la segunda cuestión
me surge la duda. Normalmente el maestro de la obra organizaba el despiece en
función de las longitudes de cada muro. De hecho también se sacaban plantillas
a escala o incluso en verdadera dimensión, teniéndose en cuenta las distintas
dimensione y apoyos que debían tener los bloques unos sobre otros.
Es curioso que en la
ejecución de las hiladas en los paños, hablando siempre del exterior, en vez de mantener la horizontalidad y ajustar
las hiladas, parece como si el constructor quisiera buscar la terminación de
alguna de ellas y llevar las hiladas a morir en las dovelas de los arcos, mientras que en otras le
da igual.
La tercera duda me
surge es las diferentes escuadrías y medidas en la talla de los bloques. Es un
tema que dejo a los especialistas, pero que planteo como duda, ya que podría
darse el caso de estar aprovechando despieces de construcciones anteriores.
Respecto a los que
trabajaban en la construcción de la iglesia da la sensación, por lo menos en el
exterior, que la obra les quedaba grande. Es incongruente tal cantidad de
pérdidas de nivel en las hiladas y de enjarjes entre muros. ¿En qué pensaba el
maestro? ¿Quizá no había dinero y el exterior se realizo por personal menos
especializado que el del interior usando a este como encofrado?
Fuese quien fuese el
constructor del exterior de la iglesia, está claro que no era demasiado
riguroso a la hora de aplicar medidas y alineaciones, y aun así consiguió una
maravillosa realización constructiva. Si os fijáis en el interior las
alineaciones de hiladas son muchísimo mas acordes.
Si os habéis puesto
atención a las fotos del interior, comprobareis que tanto la escuadría
de la piedra como su colocación, incluso formación interior de ventanas y arcos
es mucho mas limpia y ordenada que en el exterior.(Podéis ver la entrada anterior sobre este templo)
Pero si os parece
volvamos al principio: la entrada a la iglesia.
Un arco de herradura,
dando entrada a un templo maravilloso, no está rematado en condiciones ni por su
radio interior ni por el exterior. Y choca por ser el acceso principal a la
iglesia.
Por otro lado, en
aquellos tiempos era normal el empleo de cimbras para la realización de arcos,
aunque estos fueran pequeños. Los utilizaban los romanos para sus
construcciones y los que ejecutaron Santa María seguramente eran constructores hispano romanos herederos de ese
arte constructivo.
Normalmente el maestro
de obra sacaba sobre el suelo una reproducción del arco a ejecutar, normalmente
supongo que sobre una plataforma encima de la tierra alisada, realizada con un
mortero de cal o de yeso, y sobre ella
se dibujaban una a una cada una de las piedras que había que labrar. Y se hacía
para que cada piedra mantuviera su grosor y las líneas internas y externas del
arco. Por la ejecución eso parece que fue así en el interior de la iglesia, pero...
¿Por qué no se hizo así en los arcos exteriores de ventanas y acceso?
En San Pedro de la Nave, aunque es unos doscientos años posterior,
quizás trescientos, en la nave transepto al sur hay una salida al exterior con
una ejecución maravillosa del arco, manteniendo hiladas y escudrías, como podéis ver en la foto siguiente.
Formación de arco en nave crucero sur de San Pedro de la Nave
Y por otro lado choca
que el arco no apoye sobre las pilastras y se quede tan retranqueado.
Se ve que en épocas mas tardías se realizo un burdo cargadero, al que se le quito
cargas mediante la ejecución de un arco interior para soportar el cerramiento
que se realizo en el interior del arco original, quizás cuando la iglesia pasó
a ser un establo para el ganado.
Por último, esta
fachada se desvirtúa con las adarajas y
mechinales que aparecen para enjarjar los muros del porche que se construyó con posterioridad y hoy desaparecido.
Este es un punto que se debería tener en cuenta y darle otro tono de acabado, si bien es cierto que el
monumento describe así sus etapas históricas y de uso.
Un poco más adelante,
en la fachada oeste de la nave transepto hacia el sur, observamos dos ventanas
o huecos.
La mas a la izquierda
de la foto esta ejecutada con un arco de una sola pieza en la cabeza y parece
un pequeño mechinal en el muro donde guardar alguna estatuilla o reliquia. El
arco es completamente redondo y la ejecución parece posterior al edificio, como
si fuese un injerto románico, pero esto no puedo ni afirmarlo ni confirmarlo.
La ventana visigoda vuelve
a mostrar mas defectos aun que los del arco de acceso a la iglesia. ¿Por qué?
Observemos esta ventana
y traslademos lo que en ella vemos al resto de las existentes en la iglesia a
excepción de una de ellas mejor ejecutada, la de la fachada norte que da al
posible osario o cementerio.
En este caso concreto
el arco interior está perfectamente rematado, mientras que el exterior, forma
una poligonal y no un arco de herradura. Estamos ante un maestro de obras
¿novato o ante unos constructores que realizan su primera obra? O mas bien ¿ se
considera el exterior de la iglesia como un mal necesario?
En la misma fachada
fijémonos en las hiladas que forman el muro. Cuando las piezas no son del mismo
tamaño hay que recurrir a piedras más pequeñas y a morteros para igualar las
hiladas, pero no es este el caso. Aquí parecen adaptar la hilada siguiente a
los defectos de la anterior.
Hoy en día, y en
aquella época también, cuando se va a realizar una fábrica, del tipo que sea, primero
se pasa un nivel y a continuación se coge una regla en la que se marcan las
hiladas en función del tamaño del material y de la altura a salvar, se fijan
las alturas de las hilada y se tiendes los tendeles para seguir una alineación.
Eso se hacía también en aquella época, pero para ello los bloques debían tener
la misma altura.
Parece, mirar
las líneas blancas que he superpuesto en la foto, que se distribuían los
bloques sin prestar demasiada atención a este extremo y que de alguna forma
producía ciertas incongruencias en los encuentros de muros al no casar las
hiladas de uno con las del otro, por lo menos en las hojas exteriores.
Tengo incrustada en la
cabeza la idea de que el exterior del templo no importase, y fuese solo el
recubrimiento, la piel, de una maravillosa obra interior.
En la fachada sur de la
nave crucero volvemos a observar la disparidad en las hiladas, si bien en este
caso cada hilada se adapta a la llaga que forman las seudocolumnas que existen a
ambos lados del muro.
Y de esas seudocolumnas
quiero hablar.
Están formadas por
piezas hacia el exterior redondeadas con brazos para trabar con el muro. Dan la
sensación de bielas de un motor. ¿Por qué utilizaron aquí este
sistema?
Con la ayuda de mi hijo Antonio, arquitecto, que me ha dibujado las piezas, hemos realizado unas pequeñas perspectivas de como podían ser estas, con pequeñas diferencias con las reales, para facilitar su dibujo y comprensión.
Pieza básica en ambos sentidos de colocación
Es así de sencillo la formación de la falsa columna, sin tener en cuenta las trabas con las hojas interiores que se pueden realizar de muchas maneras sin apartarse demasiado del tema.
Dos piezas formando una columna adosada a la fachada y trabada. Los brazos pueden ser mas cortos o mas largos y disponer de ellos a ambos lados de la pieza.
Y así, hilada a hilada se realizaba posiblemente la columna
Es curioso que aun teniendo una mala elaboración en la ejecución de
los bloques realizasen estas piezas y olvidasen el habitual encuentro entre
muros, mucho más sencillo, y recurriesen a este sistema.
Se puede apreciar el
maravilloso invento de las pilastras curvas en el exterior, que le dan al
edificio una singularidad increíble. Me recuerdan las posteriores columnas
adosadas en algunos ábsides románicos para actuar como refuerzos o decoración.
Pero hay que fijarse
también en otro detalle de esta especie de bielas y es que cada una tiene un
grosor y cada una inclinación distinta, dando la sensación que unas pueden
escupir a otras.
Es genial esa hendidura
vertical que da la sensación que la
pilastra es independiente no siendo así realmente, y que seguramente está hecha a
posteriori, pues choca la verticalidad y la alineación de la misma.
Era quizás un anticipo
a la colocación de columnas. En el interior de la iglesia se recurre a la misma
solución, lógica buscando de alguna forma darle importancia a todo el conjunto
de arco y basamento. Posteriormente, como se observa en San Pedro de la Nave, será
la columna la encargada de recibir las cargas del arco.
Interior de San Pedro de la Nave.
Otro detalle curioso en
esta fachada es la diferencia de tamaño de las dos impostas situadas en la ventana
con la misma moldura que en el interior. Estas fajas son la única decoración en
piedra en todo el recinto. Esto me aporta una duda, pues observando dichas
molduras, da la sensación que están recibidas con mortero y no a hueso como el
resto de la mampostería. ¿Será de la restauración?
Fijémonos en la
formación del hueco de la ventana. Todas ellas tienen doble derrame hacia el
interior y están formadas por arcos de herradura y casi todas presentan los mismos
defectos constructivos externamente.
La reja colocada en
ella nos puede servir de elemento de comparación.
Primeramente se observa que las dos mochetas
de la ventana no están perfectamente aplomadas ya desde las molduras hacia
abajo.
El arco no está bien
formado ni en el intradós ni en el extradós y sus dovelas están mal ajustadas y
formadas. Realmente el arco se forma aquí por dos piezas tipo bloque a cada
lado con la curva trazada en ellas. Las dos terceras tienen cierta semejanza,
pero hasta ahí llega el buen hacer. Las piezas 4 y 5 ni guardan tamaño ni buena
colocación.
A veces tengo la sensación de que en vez de utilizar cimbras con la forma exacta del arco, utilizaban algún encofrado hecho por trozos.
Para rematar la fachada
sur, esta otra foto en la que se aprecia la mas occidental de la nave
principal.
A parte de observarse
en ella parecidos defectos se aprecia, línea oblicua, resultante de la colocacion de bloque de poca longitud, unos encima de otros, que dan la sensación de formar esa diagonal.
Pasemos a la fachada
este de la nave transepto en su lado más sur.
Allí se observan dos
manos completamente distintas a las que han realizado el resto de fábricas,
quizás porque como aseguran los arqueólogos, los dos compartimentos a cada lado
de la nave se realizaron a posteriori.
Si nos fijamos en los
planos que coloque en mi anterior entrada podemos observar que el retalle sobre
el muro no aparece y no tendía además lógica a no ser que para no tocar los
muros existentes para el apoyo de bóvedas decidiesen realizar otro.
Si observamos el
aparejo de la fachada del arco, las hiladas mantienen una horizontalidad
bastante aceptable que choca con el resto de la edificación.
El intradós del arco
está perfectamente realizado, formando una perfecta curvatura, así como la
curva exterior que es aceptada por el ojo sin muchos miramientos y que está
perfectamente trabado al muro justo donde el arco, de haberse terminado, hubiera podido pasar por un arco románico.
Cierto es que no hay
simetría en las dovelas, rota por esa especie de clave que parece querer
distinguirse del resto. Los seudocapiteles están bien marcados y las pilastras
bien aplomadas y confeccionadas.
Y pasemos por fin a
analizar las ventanas de la iglesia, empezando por la principal que es la absidal.
No he querido dibujar
en ella pero hay que tener en cuenta ciertas consideraciones:
En esta ventana existe
una asimetría total, tanto en la formación del arco, como en las peanas, como
en las pilastras que lo forman, así como en las dos impostas que lo adornan. ¿Había
mucha prisa en ejecutar esta obra? Estamos hablando que en el interior de esa
ventana está el lugar más sagrado del templo, el presbiterio, el lugar donde el sacerdote oficiará la misa.
Si partimos de la
dovela “clave” veremos 4 piezas a la
izquierda según se mira y 5 a la derecha, formando un intradós mas o menos
aceptable y un extradós que no mantiene su criterio, como ya hemos visto en
otras ventanas. Los tamaños de las dovelas son increíblemente dispares en
cuanto a medidas y formas.
Otra de las ventanas
del templo es la norte y en ella se pueden observar los mismos defectos que en
las otras, si bien quizás en este caso menos acentuados.
He marcado en rojo
algunas de las piezas que se ven a tizón en este muro para utilizarlas de traba
con las otras hojas del muro. Podéis buscarlas en todas las fotos, se ven
bastante bien.
La ventana norte que da
sobre el posible cementerio es, desde mi punto de vista, la mejor ejecutada de
todas ya que dovelas y apoyos presentan todos una construcción bastante buena.
Y hasta aquí mis
observaciones, mis dudas y alguna aseveración.
Lo que sí es cierto, es
que todas esas “deficiencias” que han observado mis ojos por deformación
profesional, hacen quizá que el conjunto sea aun más bello, más intrigante y misterioso.
Y sigo creyendo que
aunque el edificio se construyo en época visigoda los constructores deberían
ser hispano romanos y me extraña la no uniformidad en los sillares, claro que en
San Pedro de la Nave también sucede, aunque no así en otros monumentos visigodos.
Con todo, sigo enamorado
de esta iglesia que me gustaría conocer con alguien especializado en el tema, oír
sobre el terreno sus explicaciones, comentar dudas y disfrutar hablando de
ello.
Nada mas por hoy. Este
ha sido un tema árido y quizás muy difícil de tratar y de comprender, pero tengo
la mala costumbre de escribir lo que siento y creo, y lo escrito, escrito está
Sed felices.
Antonio