Buenos días noches, depende de cuando cada uno decida abrir esta presentación del blog, pero todos necesitareis algo de luz para poder verla, aunque solo sea la luz de vuestra pantalla del ordenador o la de vuestro corazón.
En busca de la luz, de la luz y del color, de la luz de la vida, la luz que buscamos todos desde el principio hasta el final y que muchas veces no encontramos o apagamos por el camino.
No sé si será por ello que me impresionan las luces de las tardes luminosas sobre plantas y paisajes y la luz que al amanecer, recién salido el sol en el horizonte, que cubre la tierra de un maravilloso baño dorado. Pero sé que me cautivan las luces y los efectos que producen en todo. La luz en el fondo es nuestra vida.
Estas fotos son del sábado veinticinco de mayo de dos mil trece en la rosaleda del Parque del Buen Retiro de Madrid, buscando en las flores la luz y porque no los contrastes.
Las trasparencias de los pétalos cuando la luz del sol los acomete desde ángulos bastante planos es increíble, da la sensación que un maravilloso visillo está tapando la visión del sol, absorbiendo en ese instante toda la energía que la planta necesita para seguir adelante.
Y al mismo tiempo, su luz está intentando enseñarnos la belleza que encierra, la pureza que hay detrás de cada pétalo. Quizás la rosa en ese momento haya encontrado su luz.
Claro está que también la rosa estará pensando en los ojos que la miran, como los tuyos, y descubrirá en ellos cada una de las inquietudes que el encontrar nuestra luz, nos supone.
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