RINCONES DE LOS PATIOS DE CORDOBA I.-
PALACIO DE VIANA
Los rincones. Los rincones de los patios cordobeses dentro de un maravilloso conjunto. Chicos y grandes, altos o estrechos, todos luminosos y todos con maravillosos lugares de rincón o que la mirada puede convertilos en tales.
Difícil es fotografiar el patio en solitario. Gente, como tú y como yo, quieren disfrutar de él, y hay que entenderlo.
Oler sus flores, sentir con el sentido de la vista las maravillosas percepciones que nos ofrecen cada uno de ellos.
Y dentro de ellos, los farolillos, los pozos, las fuentes, los encalados, la luz y el cielo pugnando por lucir los colores de las flores.
Hoy le toca a los rincones de los patios que forman parte del palacio de Viana en Córdoba.
Doce patios cada uno con sus rincones y sus distintas características y de ellos he intentado reflejar aquéllos que me produjeron ciertos sentimientos. Fue un día ajetreado: alcázares, patios, mezquita y palacios desde las diez de la mañana a las seis y pico de la tarde.
Lo cierto es que termine cansado, pero la satisfacción que me quedo dentro fue tan grande que no me hubiera importado seguir moviéndome por Córdoba mucho más tiempo.
Espero que os gusten las fotos. Ya sabéis que abajo del blog podéis comentarme lo que os parece. Todo comentario será bienvenido.
No pueden faltar los faroles en un patio cordobés. De pared, colgantes o con pie todos los tienen. ¿Por qué? Para no perder ni un instante de vista la belleza del patio.
Caen los geranios de las macetas que descansan junto a la reja. Barro y geranio se conjugan en armonía de colores.
Y la buganvilla que no quiere perder ripio saca sus flores a lucir para intentar darle envidia a los geranios.
Fuentecilla de piedra enmarcada entre altos setos de arrayanes que separan huertos de flores. Cuatro tiestos son las luces de la fuente. ¿Hace falta más?
¿Se le puede pedir más al rincón? Una puerta casi de añil, acristalada con contrapuertas de madera barnizada. Ventana abierta; poyete sobre el que descansan tres macetas y sobre el alféizar otras tantas más pequeñas. Y como marco gigantesco de colores macetas que enmarcan ventana y puerta.
Tan hermoso es el jardín que alumbra que en los vidrios que antes protegía a la vela del viento guarda durante el día el reflejo de las plantas que le rodean, para que le arropen mientras duerme.
¿Se puede pedir mayor transparencia a un agua? Piedra y barro se dan la mano para formar esta estampa. Y claro está l adorna el agua.
Otro rinconcito del patio.Tiestos de barro de distintos tonos. No hace falta que todos sean iguales. ¿La reja? Remate fantástico que cierra el patio.
Unas basas y una columna; ventana enmarcada en azulejo de Córdoba o sevillano; farolillo de pared; geranios de color de rosa; y el encalado. Nada mas adecenta la escena y ¿verdad que no hace falta nada más?
Las hiladas colocadas a sardinel sobre el brocal del pozo en forma de pentágono, las varillas retorcidas que forman el soporte de la polea y el resto de cerámica que le rodea le dan un maravilloso encanto al rincón del pozo.
Aguas trasparentes que reflejan el verdor y las sombras que producen los árboles. Sobre la peana que cierra la fuente unas macetas con campanillas danzan alrededor del surtidor.
¿Naranjas amargas? Que más da. Sombra proporcionan los naranjos al patio y que agradece el que por allí pasa. Arcos naturales en el centro y arcos de canteros en los laterales.
No me digáis que no dan ganas de tirarse al agua con los peces. Dulzura en la fuente que hace confortable la visión. Plantas acuáticas y como una más en el pilón la cazuela de la fuente.
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