SORIA.-
Conocida desde los tiempos romanos, en su cercanía estaba Numancia que, habitada por los arévacos, resistió a los romanos hasta la llegada de Publio Cornelio Escipión El Africano Menor, que mantuvo un cerco de 13 años; antes de rendirse y pasar a ser esclavos, se suicidaron muchos numantinos.
Plaza Mayor
Soria es nombrada ya por los árabes hacia el año 870
En el siglo XI pasa a ser zona de frontera que delimita por el norte la Marca Media árabe o Marca del Duero.
Palacio de los Rios y Salcedos
El Duero, rio magnifico, se convirtió en los principios de la Reconquista en toda su extensión en frontera entre la España cristiana y la musulmana.
San Juan de Rabanera
Por debajo de él estaba la Extremadura castellana.
Portada de palacio convertido en casa de juego
En el siglo XII es ya punto importante y en el XIII recibe los fueros reales con designación de villa y es gran centro productor de lana y cruce de cañadas.
La catedral
Se construyen en ella en esta época las iglesias de Santo Domingo y San Juan de Rabanera, ambas de estilo románico.
Santo Domingo
En la época del renacimiento comienzan a construirse los grandes palacios y casonas con sus escudos nobiliarios.
Soria asentada a orillas del Duero, es la capital de la provincia a la que da su nombre y tiene una población de unos 40000 habitantes.
Medinaceli.-
Entre Almazán y Medinaceli se forja un llano con sus correspondientes vaguadas donde los terrenos tipo paramo con suelos yesosos se intercalan con aquellos terrenos de cultivo aptos para los cereales.
Y al final de esta meseta o altiplanicie y sobre la depresión creada por el rio Jalón en su busca del mar, se encuentra Medinaceli.
Medinaceli, ciudad íbera, romana, musulmana y castellana; los íberos dejaron sus restos al este de la ciudad; los romanos su arco triunfal con tres arcos único en España. Los musulmanes su castillo y sus murallas y los castellanos en sus épocas de mayor gloria su colegiata y el palacio de los duques.
En ella murió Almanzor y fue punto importantisimo en el camino que unía Toledo con Zaragoza. Con la caida de Molina de Aragón y Sigüenza cae también rendida al rey de Aragón Alfonso I el Batallador, pasando poco después a manos castellanas.
Vale la pena darse una vuelta por esta maravillosa ciudad, cuidada y conservada con mimo.
Y a no muchos kilómetros, quizás diez o quince a lo sumo, no más, en mitad de la montaña veréis un gran mamut prehistórico levantando sublime sus colmillos y su trompa.
Es el yacimiento de Ambrona que vale la pena visitarlo y si tenéis un poco de suerte en mitad de los sembrados podéis llegar a ver algunos corzos pastando.
El Jalón.-
Es un afluente del Ebro por la derecha. Nace aquí, en la bajada desde Alcolea del Pinar hacia Medinaceli y tras pasar por unos maravillosos desfiladeros llega a Calatayud desde donde afronta el ultimo paso de la cordillera Ibérica para llegar hasta el Ebro aguas arriba de Zaragoza.
Los desfiladeros que este río ha formado a lo largo de los siglos son preciosos. Quizás desconocidos actualmente pues la carretera ha dejado de pasar por ellos.
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