viernes, 16 de enero de 2015

Himenópteros y una araña de un día de junio de 2014.

No soy entomólogo, ni tengo gran idea de cada uno de los distintos insectos que fotografió, pero disfruto viéndolos moverse en sus ambientes, luchar pos su supervivencia, disputar sus territorios y disfrutar de todo aquello que a su alrededor les da un beneficio.




Tampoco soy fotógrafo. Las cámaras han puesto a mi disposición poder acercarme a un mundo maravilloso al que muchas veces no prestamos la atención requerida. Un mundo de seres, por lo general pequeños, que conviven con nosotros y que gracias a ellos nosotros vivimos.


Las fotos de hoy son de un día de junio del año 2014 realizadas casi todas ellas en el Real Jardín Botánico de Madrid. Siempre que voy a él, me llevo la tele de 300 mm y un macro de 60mm porque las flores también se pueden macrofotografiar. Y en este caso se dio bien la fotografía de himenópteros que estaban aprovechando el néctar de las flores y su polen para alimentarse.
Hay también una araña, que fotografié en una espiga de gramínea que parece tener ahí su guarida.
Al fin de cuentas son detalles que captan las máquinas y que gracias a Dios, mis ojos ven y mis dedos obedecen la orden de apretar el disparador de mi máquina.
Las fotos de una mañana, sin más comentarios. Espero que os gusten.




A lo largo de todo el tiempo que llevo observándolos, jamas ninguno me ha picado. También es cierto que jamás se me ha ocurrido tocarlos o molestarlos.


La verdad, atemoriza un poco ver el abdomen de esta abeja.








En los himenópteros pueden verse infinidad de especies emparentadas y completamente distintas.


Los insectos también buscan sus lugares para copular y reproducirse. Estos dos han elegido la flor de un cebollino para hacerlo.



Sed felices.
Antonio

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