domingo, 31 de julio de 2016

Insectos: una quedada en el monte Abantos


El monasterio de San Lorenzo de El Escorial, unos 500 metros mas abajo, desde en monte Abantos

Salir al monte es una experiencia maravillosa. Conectas con una naturaleza tan poco acostumbrada a la presencia humana que en muchas ocasiones y ni se preocupan por tu presencia los animales a los que vas a fotografiar.
Desconectas de los problemas; tu mente solo está para la contemplación de la belleza que te rodea y dispuesta a expulsar de ella todas aquellas preocupaciones que pueden durante el resto de los días darte dolor, angustia etc.

 Adscita sp (Zygaenidae, Procridinae, Procridini) dificil de saber exactamente lo que es.

Además aprendes un montón de cosas, aunque mi mente ya vieja las olvide sobre la marcha. Pero para eso están los amigos de escapada, esa gente estupenda con la que quedas para compartir con ellos esos maravillosos instantes en que una mariposa o una chinche o un escarabajo, se plantifican delante de ti y posan ante la cámara.
Y un día de mediados de julio quedamos para subir de nuevo a Abantos y pasar una tarde estupenda entre los pinares de ese monte magnifico que sobre el monasterio de San Lorenzo de El Escorial se eleva majestuoso.

 Rhyncomyia sp. (Calliphoridae, Rhiniinae) una mosca grande y bonita, libando en una flor de Santolina. 

Una lección de Naturaleza que debía estar extendida mucho mas. El conocimiento de la vida que nos rodea, aunque sea solo de vista, abre la mente a un mejor entendimiento del mundo maravilloso en el que vivimos y al que debemos conservar de cara a todas aquellas generaciones que vengan detrás de nosotros. A la gente joven habría que enseñarles ese mundo y seguro que todo sería muchísimo mejor.

Colias hyale una preciosa mariposa con su característico redondel blanco en el ala

He elegido unas fotos al azar de los insectos y arácnidos que fotografiamos aquel día y debajo de ella os coloco sus nombres. Espero que os gusten.

 Sphaerophoria scripta. una mosca preciosa de la familia Syrphidae que tiene un precioso vuelo. 
(mucha gente confunde estas moscas con abejas. Fijaros lo cortas que son sus antenas y solo tiene dos alas)


 Trichodes flavocinctus de la familia Cleridae es un precioso coleoptero.


 Larva de hormiga león. La foto no es buena, pero os he marcado con flechas sus terribles mandíbulas. Mide 1 cm aproximadamente y forma un nido en forma de cono donde caen sus victimas)

  Otro precioso coleóptero, un Nustera distigma, como veréis embadurnado de polen.

 Pimelia sp. (Tenebrionidae, Pimeliinae) Desde luego si los demás insectos son difíciles para mi, los escarabajos son imposibles.


 Chlorophorus trifasciatus (Cerambycidae) otra preciosidad dentro de lo coleópteros.


 Heliothea discordaria (Lepidoptera, Geometridae) preciosa mariposa.

 Hogna radiata, una preciosa araña de nuestro entorno. Una de las mas grandes.


 Una mariposa nocturna,  Hylaea fasciaria, cogida a la planta donde duerma cabeza abajo.

 Sobre un cardo, esta fantástica mariposa, una Melanargia russiae liba a 1600 msnm


Y para terminar una hembra de saltamontes de las matas. Fijaros en su largo ovopositor con el pondrá los huevos de nuevas generaciones.


Antes de despedirme dar las gracias desde aquí a Adela, Sonia, David, Samu, Jose, Julio y a todos los demás que son capaces de soportarme en las ascensiones y en mi bombardeo constante de preguntas,
A todos: ser felices.

Antonio

viernes, 29 de julio de 2016

Entre el agua y el cielo, Soledad, y alguna locura mas...

El día ha sido caluroso, demasiado.
Subo a la parte alta de Guadarrama, a la presa de La Jarosa, buscando algo de frescor y de tranquilidad, sobre todo tranquilidad.
No sé si llevarme un libro escrito muchos años atrás, en Francia, como una crítica a la sociedad de entonces o buscarme por el contrario en bufón como Panurgo para que me vuelva a contar como escapo de ser asado en la parrilla de los turcos.


Me lo imagino dando vueltas en una parrilla mientras su cocinero se queda dormido.
¡Jaja!, me hace falta realmente un François Rebelais, que anime el cotarro de lo que está sucediendo a mi alrededor: a este pobre país le hace falta volver a reír, sentirse de nuevo joven, con ganas de más, de todo… olvidarse de esa crítica destructiva constante que no lleva a ninguna parte. Bueno, si, a unas terceras o cuartas elecciones, mientras Europa nos estrangula y se disgrega. Y de disgregarse no quiero oir hablar, absolutamente nada.


Seguro que Rebelais buscaría un Pantagruel que se comiese el mundo moderno, como está sucediendo, y ala vez haría de ello una crítica magistral y genial humoristicamente.
He llegado a la orilla. Unos juncos de ribera, con unas cañas que se rompen con mirarlas y unos plumeros efímeros, reciben los últimos rayos de un sol que está intentando dormirse hoy entre las primeras nubes que le salen al paso.
Las aguas del pantano, junto a esas orillas en las que tantas veces nos hemos encontrado, reflejan las nubes escasas que cubren el cielo en poniente. Un cielo apagado, del que escapan rayos oscuros que atraviesan el éter buscando un lugar donde acurrucarse.
Y como siempre, paseo solo por la orilla porque tu estas muy lejos…  ¡Demasiado lejos en el encuentro, demasiado cerca en el sentimiento!


Agua y cielo se presentan como un ente solo, con los reflejos de uno en el otro. El cielo se refleja en el agua del pantano coloreando de distintos colores sus aguas y las aguas del pantano ascienden hacia él para formar unas increíbles nubes que se elevan poco a poco hacia el cielo.


Voy mirando el cielo y el agua o el agua y el cielo, intentando encontrar un contacto maravilloso entre ellos y yo; pero unas piedras que sobresalen del agua rompen ese impulso y me conducen a ti. ¿Por qué después de tanto tiempo? ¿Por qué tu imagen me aparece recostada en la piedra mirándome o mirándote? ¿Por qué? Sigo lentamente hasta la ensenada donde los tres arboles marcan sus límites al  agua. 



Allí me paro y miro de nuevo a la piedra. Allí te vi llegar… y esa imagen la guardo en mi pensamiento como si fuese el más preciado tesoro de mi cerebro, de mis recuerdos. Ya la vez deseo que tu imagen aparezca en el borde del agua, como un sueño maravilloso.


Cae la tarde. Poco a poco el sol se ha escondido entre las nubes y solo deja que unos rayos se cuelen por las infinitas alturas de la atmosfera. Los cañizos de la orilla se han apagado; las aguas se han convertido en grises recuerdos de lo que fueron hace un rato.
El silencio, solo roto de vez en cuando por un gilipollas que lleva la discoteca en su coche, va avanzando como la noche. Lo trinos de los pájaros se pierden; los grillos aun no han comenzado su concierto y las ranas de la orilla no croan.


Un cormorán pasa a ras de agua. Una culebra nada en el agua cerca de la orilla buscando el calor de la tierra. Las nubes se decoloran. Las aguas quedan oscuras y quietas. Solo los anillos concéntricos de un pez en la superficie rompe  la monótona quietud de las aguas.


Esta anocheciendo. El muro de la represa me cierra la visión del agua. Ya solo queda el cielo. Un cielo a la vez bello y triste, del que solo escapan esos rayos que huyen de la noche. Y ahora que caigo esos rayos que huyen me parecen una forma genial de compararte a ti. Huyes y te retuerces en tus intricados confines mentales mientras yo tranquilamente espero el ocaso. Quizás, como un rayo de los vistos, te desconcierta que la noche esta cerca y que huir no vale de nada.
Se apaga otro día. El Grangaznate del Universo ha vuelto a comerse el sol una vez más.


Mañana amanecerá de nuevo y de nuevo volveré a la ensenada a ver si tu figura avanza por la orilla, pero sé que mis posibilidades van decreciendo día a día, porque tu ni siquiera quieres que mi mirada pueda encontrarte en el reflejo tuyo en el agua.
¡Quizá el calor me esta enturbiando la mente! ¡Quizás sea la mente que desde hace un tiempo esta turbia! No lo sé.
Tu reflejo en el agua… Tu reflejo en el agua… Solo agua, ¿Dónde has escondido tu reflejo?


--o0o--

Sed felices.
Antonio

domingo, 24 de julio de 2016

Carlos III : el puente del Retamar sobre el río Guadarrama

Estaba ayer fotografiando insectos en la ribera del Guadarrama cuando me di de bruces con el puente del Retamar.
Mis recuerdos me llevaron a mi niñez, cuando subíamos la familia a El Escorial, y mi padre solía parar allí, pues si no recuerdo mal, nada mas pasarlo había un merendero, y nos contaba la historia del puente, su historia del puente.

Plano situación aproximada puente del Retamar.

El eje Madrid-San Lorenzo de El Escorial se genera desde el momento que Felipe II comienza la construcción del monasterio, si bien, antes, el acceso a Castilla La Vieja o meseta norte se efectuaba por el mismo camino hasta Galapagar y allí la carretera giraba hacia Guadarrama y se pasaba cerca del actual puerto de El León por lo que se conoce como el Collado del Arcipreste, debido a que Juan Ruiz pasó por allí camino de Castilla.


Puede observarse parte del puente, pero no entero.

Hoy en día una autovía deja de lado el puente del Retamar y solo el que se introduzca en el área recreativa que allí se encuentra podrá gozar de su presencia.
La situación del puente en coordenadas GPS son: 40º 31´10´´N y 3º 56´23´´O.
Antes de la construcción de este puente existía otro, que no se si son los restos que fotografié formando un recodo por donde baja más rápida el agua del Guadarrama o bienes el canal de paletas de un antiguo molino. Os lo dejo a vuestra elección, aunque si alguien lo sabe le agradecería su esclarecimiento.

Unos cien metros aguas arriba están esto restos que parecen de un antiguo molino.

Con Carlos III se inaugura la construcción de los caminos y carreteras que partiendo de Madrid radiaban a toda la península, los antecesores de lo que conocemos hoy en día como N-I etc.
El movimiento de ganado y mercancías para alimentar a Madrid había exigido la construcción y acondicionamiento de dichas rutas y por lo tanto había que salvar el paso de ríos y arroyos con facilidad. La solución, magníficos puentes que permitían el tráfico durante todo el año.


 Arco con su tajamar de corriente arriba puntiagudo.

Se encarga al arquitecto Juan Setién que redacte un proyecto y se comienza la construcción del mismo el año 1740, terminándose el año 1760.
El puente, una maravilla de planificación, consta de siete luces formadas por arcos de medio punto. Es una pena que la vegetación existente no permita ver toda su longitud para poder apreciar su fantástico aspecto. Es increíble que aunque el puente este en una zona de protección medio ambiental, no se tenga en cuenta su carácter histórico y arquitectónico.


 Tajamar de salida. Observese su redondez y su cabeza gallonada.

Se apoya el tablero del puente como ya hemos dicho sobre siete arcos de medio punto, y estos a la vez descargan el peso del mismo sobre unos tajamares pensados según la corriente del río. Los de aguas arriba son triangulares, como la proa de un barco, para ayudar a las aguas que bajan a pasar por sus costados.


 Tajamares corta corriente como las proas de un barco.

Los de aguas abajo son redondos, circulares, como las popas de los barcos, para permitir la unión de aguas y al mismo tiempo impedir el socavamiento de la cimentación.


 Tajamares de popa, es decir de corriente abajo. La amplitud del puente indica las crecidas que podía tener el Guadarrama en época de deshielo con lluvias.

Sobre ellos se forman sombreretes agallonados, perfectamente acoplados al puente de tal forma que sus cabezas llegan prácticamente a la altura de la imposta superior del puente.


 Vista de un tajamar de corriente arriba con su cabeza agallonada. 

Todo el puente está construido en granito de la zona con piezas prismáticas que tienen una altura de unos 45 cms y un ancho aproximado de 35, siendo sus longitudes de distintas medidas, aunque la mayor parte del aparejo está fabricado con piezas de 1, 50 ms de largo.

 Se puede apreciar la perfección del aparejo.

Es impresionante ver debajo de los arcos la formación de estos con los sillares de granito. Inmensas piezas de piedra colocadas como si de una obra de fábrica de ladrillo se tratase.
Para realizar estos arcos de piedra se montaban encofrados de madera perfectamente reforzados y esas enormes piezas se colocaban a base de cabestrantes y rudimentarias grúas realizadas con poleas reductoras.
Es interesante a la vez darse un paseo por encima del puente y se observaran distintas ejecuciones de cara a su buen funcionamiento y decoración.

 Al fondo el puente se abre para formar la plaza de trabajo. A la izquierda se observa una calzada de hormigón impreso, de fecha relativamente reciente, para peatones.

El tablero del puente se ve que ha tenido modificaciones, me imagino que en época de Primo de Rivera y posteriores, y su anchura es aproximadamente de unos siete metros, quizás algo menos, y se observa sobre él un solado a base de adoquín de granito y una acera peatonal que parece de reciente construcción.
A ambos lados del tablero un pretil formado por piezas prismáticas terminadas en un toro de unos 80 cms de altura y cada quince piezas aproximadamente una pilastra cuadrada en cuya cara superior y en el centro se manifiesta una abertura cuadrada de unos 4 cms de lado que debía servir para color postes para banderolas en días de paso de altas autoridades del país.

 Peto de granito con columna en la que se aprecia hueco bien para su transporte, bien para colocación de mástiles.

Entre pilastra y pilastra, a ras de suelo, existen unos desagües que van a parar a unas gárgolas colocadas sobre los ejes de los arcos.

 Sobre la antigua salida de agua al recrecer el pavimento con hormigón impreso se ha ejecutado una chapuza increíble.

El puente es prácticamente horizontal, o su desnivel en su desarrollo este-oeste nulo a simple vista, aunque al final del mismo se percibe en los ensanchamientos un cierto cambio de pendiente.
A ambos lados del puente, existen unas plazas de maniobra perfectamente delimitadas las del lado este desde donde se debía dirigir y parar el tráfico para organizar el paso del puente.


 Al final se puede observar como se abre el pretil para formar la plaza de trabajo.

El puente del Retamar es una fantástica construcción totalmente olvidada por aquellos que deben cuidar de los edificios históricos de nuestro país.
Primeramente su visión esta entorpecida por gran cantidad de árboles y arbustos que no dejan contemplarlo con lo que se le está creando al espectador un perjuicio y en cambio el Parque del Guadarrama es lo suficientemente extenso como para limpiar la zona de vegetación.

 Puede observarse en esta foto la invasión de plantas en la imposta. Así mismo la dificultad para ver el puente completamente.

Por otro lado, como puede verse en las fotos, la vegetación está haciendo mella en él. Puede observarse distintos tipos de plantas que van desde la santolina a la zarza creciendo entre las juntas de la piedra.

Las plantas han comenzado su trabajo de erosión. Cada año ira a peor.

Al fin de cuentas, estamos hablando de una obra realizada a mediados del siglo XVIII y estamos en el XXI, y aunque solo fuese por ello se debía tener en consideración al puente y conservarlo como lo que es: un monumento.
Nada más por hoy.
Sed felices.

Antonio

viernes, 22 de julio de 2016

Una puesta de sol, otro día mas, otro instante que ha pasado...

Parece mentira como pasan los años, como cada día se convierte en una sucesión de minutos desbocados, imposibles de parar incluso para el propio reloj.


Te levantas, haces cuatro cosas y cuando te quieres dar cuenta estas presenciando otra puesta de sol, que a su vez corre rauda hacia la noche.


Ayer, estaba tranquilamente en el prado observando otra puesta de sol. Una sencilla y tranquila puesta de sol y nuevamente estaba solo mirando, disfrutando. Alguno me dirá: que suerte poder observar algo así sin que nadie te moleste o interrumpa las emociones que la naturaleza te regala… Pero lo cierto es que es una tristeza estar como un poste en el campo sin nadie que te acompañe, que te siga en tus aficiones y que sepa disfrutar contigo de ese momento maravilloso.

Cuando llegué, el sol colgaba aun por encima de los montes Escurialenses y era difícil mirar en su dirección. Cuatro nubes perdidas daban la sensación que aquello iba a ser aburrido y feo, pero, como mas de una vez me he llevado sorpresas, decidí esperar un rato a que el sol se pusiera.


Y pensé en el sol. Una masa ingente de hidrógeno transformándose poco a poco en helio dándonos con ello su luz y su calor. Una bola inmensa que, a base de quemar infinidad de reacciones atómicas cada instante, es capaz de crear momentos espectaculares.


Y el hidrogeno está también presente en esas nubes que comienzan a colorearse, a teñirse de luz de infinidad de colores. Unas rojas, otras blancas, otras de oro… Y todo porque el sol está quemando su hidrogeno, y que siga mucho tiempo igual.


La masa de hidrógeno incandescente ya se ha acostado. Sus rayos no molestan a los ojos. Ha llegado el momento de poder presenciar el espectáculo sin tapujos, sin escozores en los ojos.


Un cielo completamente amarillo ha quedado como recuerdo del sol y de una nube de polvo que despego en el Sahara y que ahora nos está cubriendo a nosotros. El espectáculo, un sencillo espectáculo, está servido: comienza la última función del día.


Y en medio de esa soledad en el límite, allí donde el hombre ya no se adentra porque prefiere el resguardo del ladrillo y la presencia instructiva de la televisión, ahí, Soledad, sigo pensando en ti, puesta de sol tras puesta de sol, como aquella primera vez. En aquella puesta de sol hubo sentimiento… ahora solo hay soledad en minúscula.


Ha pasado el momento, otra puesta de sol; otro día. Uno mas. Sencilla, casi tierna, se despide con un delicioso velo de nubes finas y suaves. Parece como si quisiera rodearse con una gasa.


El horizonte se apaga, como se va apagando todo poco a poco. Un día más, un instante mas…
Sed felices.

Antonio