sábado, 25 de junio de 2016

Al gorrión que le gustaba posar.

Hace un calor insufrible.
Son las seis de la tarde y Madrid parece una hoya en ebullición.
Me he refugiado en el Real Jardín Botánico y estoy recorriendo sus lugares sombríos.



Me siento en el pilón fuente que hay cerca de la zona de la huerta.
Una gorriona, descarada, se planta delante mío y me mira.
Tomo la máquina de fotos y empiezo a disparar.
De frente y de perfil me deja hacerle tres fotos. (La de frente sale desenfocada)




Luego, tras un corto vuelo, se posa encima de un poste de una valla de la huerta.


Me acerco con cuidado.
Comienzo a disparar de nuevo.


Ahora te miro, ahora me hago la descuidada…






Cuando ya me acerco tanto que parece que la voy a tocar con la mano, pía una vez y sale volando.
No se va muy lejos, pero ya no puedo seguirla.
Nos miramos y nos despedimos
--o0o--
Sed felices y tener cuidado con el sol.

Antonio 

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