domingo, 1 de abril de 2018

Flores con poesía CCCXIX: (La Cristiada; Libro VI; 4 estrofas) Domingo de Resurrección 2018


Nació nuestro poeta en Sevilla hacia el año mil quinientos setenta y que vivió en esta ciudad hasta que se traslado muy joven a las Américas donde ingreso pronto en el seminario que en Lima tenían los dominicos.
Fray Diego de Ojeda  tuvo en Perú una vida ajetreada tanto por su forma de vida como por las intrigas a las que estuvo sometido por parte del delegado de la Orden, el padre Armería.
Desempeño el  cargo de Director en el noviciado que la orden tenía en Lima.


Fue un ferviente defensor de los indígenas peruanos.
Su obra poética más  conocida es La Cristiada, poema que relata la Pasión y Resurrección de Cristo, escrito en octavas reales y que dedico  al Virrey del Perú.
Consta la obra de 12 cantos o capítulos en el que cada uno de ellos se introduce con un resumen de lo que se va a narrar.
Murió Fray Diego de Ojeda el año mil seiscientos quince en Perú.
Se le puede considerar el gran escritor del Siglo de Oro en el continente americano.
¿Qué es una octava real? Una octava real es una estrofa compuesta por ocho versos endecasílabos cuya rima es alterna y consonante en los seis primeros y entre los dos últimos. Para entenderlo sigue el siguiente esquema: A-B-A-B-A-B-C-C.
Os he colocado del Libro VI, o Capítulo VI, las seis primeras estrofas, donde el ángel describe las alegrías de la Resurrección. Acordaros que la primera octava real es un resumen de todo el Libro.

ESTROFAS DEL LIBRO VI

A penas, pues, el alba placentera,
aljófar lloverá en el verde prado,
y alegre esparcirá la primavera
sus flores a la luz del sol dorado,
cuando el sol sacro de la empírea esfera,
que en el Oriente de su Padre amado
reposa, animara al tercero día
su cuerpo, al alba y sol dando alegría.


Afeado aquel cuerpo más hermoso  (A)
que la tierra sostuvo, el cielo vido,  (B)
estará en el sepulcro tenebroso,  (A)
y en varias partes con rigor herido,  (B)
como el que de un afán tan riguroso  (A)
salió muerto, aunque estaba a Dios unido: (B)
mas luego que lo informe el alma pura,  (C)
se bañara de inmensa hermosura.  (C)


Suele una parda nube que oscurece
al sol, y al Occidente hace sombra,
mientras la gran lumbrera no parece,
parecer que con luto el aire alfombra:
pero si el sol en ella resplandece.
ni ya quita la luz ni al cielo asombra:
antes, como preñada de mil soles,
revienta en mil hermosos arreboles.


Así  en entrando el alma refulgente
de Cristo en aquel cuerpo inestimable,
de oscuro lo pondrá resplandeciente
con luz rara y belleza inimitable:
no hay acá semejanza conveniente
a aquella perfección incomparable;
que es tierra lo de acá, y es más que cielo
el cuerpo que es a Dios ornato y velo.


Mas ¿Qué diré de las heridas bellas
que en los pies y en las manos  y el costado
conservará, para mostrar con ellas
su amor divino y corazón llagado?
Ni el terso relucir de las estrellas,
ni el rayar de la luna plateado,
ni el cielo empíreo con su llama pura
es huella de su inmensa hermosura.


Tal, pues, la grande losa penetrando,
saldrá lleno de ilustres resplandores,
y gracias y dulzuras desplegando,
al día prestará luces y flores;
y al terrible escuadrón y fiero bando
de los muchos soldados veladores,
que le habrán puesto allí los fariseos,
espantará, admirable, en sus trofeos.


Pero ¡con que placer las almas pías,
humildes, le darán dulces abrazos,
lanzando por sus ojos alegrías,
y apretándole a si con firmes lazos!
Tenderán con devotas cortesías
sus invisibles amorosos brazos,
cual por los pies, y cual por la garganta,
y cual por la cintura sacrosanta.
--o0o--


Espero que os haya gustado.
Con este poema terminamos los siete poemas de esta Semana Santa,
Sed felices
Antonio

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