Pequeños amigos, inquietos, a los cuales es difícil fotografiar.
Cuando vas andando entre las hierbas de las praderas del pantano, los ves saltar a tus pies e intentar amarrarse al tallo de otra hierba esperando que pases de largo. Es la forma de verlos. Luego agachándose lentamente intentar fotografiarlos.
Al principio resulta difícil. Te tumbas y cuando quieres darte cuenta ha vuelto a saltar a la hierba de al lado.
Es increíble la boca que tienen. Es una especie de cuchara o azada que va comiéndose las hojas de forma espectacular. En sus patas tienen esas sierras de pincho que me imagino serán para defenderse. Y los ojos con esos dos puntitos que siempre están vueltos hacia uno.
Estamos acostumbrados a verlos entre las hierbas, pero cuando la temperatura baja un poco y hace sol es fácil verlos encima de una roca de granito tomando el sol, Eso sí estarán camuflados del mismo color y si no te fijas…
Y es curioso el hecho de que una vez que se perciben que solo quieres su compañía, entonces posan encantados; tengo la teoría que es porque se ven reflejados en las lentes.
Os dejo siete fotos de la semana pasada. Espero que os gusten.
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