Te extrañara leer lo que a continuación voy a decirte, pero estoy seguro que comprenderás mis razonamientos.
Cuando tú y yo miramos a un mismo lugar seguramente veremos con nuestra mirada cosas cada uno distintas, imágenes que percibiremos de distinta forma, visionaremos cosas distintas unas al derecho y otras al revés.
No, no estoy loco. Seguro que cuando miras a un escaparate te interesas por el muestrario que el dueño de la tienda quiere venderte; o al ver venir al autobús observas el número de línea para saber que es el tuyo, pero…¿Se pueden ver otras cosas?
Por supuesto que sí. En el escaparate ver reflejado los personajes que pasan por detrás nuestro que quedan allí como fantasmas que andan detrás del cristal. En el parabrisas del autobús la calle por donde viene, pero en la dirección en la que va; pero todo al revés.
Y dando un paseo desde la plaza de la diosa Cibeles hasta la Puerta del Sol podemos conocer un Madrid de reflejos, el otro Madrid del otro lado del cristal. A eso si, si conocéis los lugares por los que pasamos preparar vuestra cabeza para situaros. No s fácil en muchas ocasiones percibir el lugar cuando lo que tenía que estar a la derecha está a la izquierda. Por eso, esto qué vais a ver, es un recorrido extraño. Os diré donde estamos en cada momento, pero sobre todos fijaros en que no podréis leer muchas cosas y veréis que en algunos lugares los coches circulan como en Londres.
Bienvenidos a la primera caminata al revés por Madrid. Os he puesto el recorrido más feo y menos espectacular, pero creo que es mejor empezar por él para que después en otras presentaciones vayamos subiendo el tono.
Vamos al Madrid del revés.
Los pináculos del edificio de Correos se reflejan en una de las ventanas del Banco de España.
En la calle Alcalá, un poco mas arriba los reflejos de los edificios parecen fantasmagóricas figuras.
En plena Gran Vía, en un escaparate que aprovecha periódicos y revistas para publicitar, mientras que semáforos y edificios parecen querer leer las noticias en él.
El ascensor del Metro Plaza de España refleja al fondo la plaza del Callao con su típica cúpula y el edificio de las antiguas Galerías Preciados en rojo.
En plena Gran Vía, un anuncio publicitario de Marca deja entrever la cúpula de Callao y los andamios de una obra próxima.
En el parabrisas de este autobús se puede ver reflejado el edificio de la Torre de Madrid.
En Opera, con el Teatro Real al fondo, los espiritus de los peatones andan entre los vidrios del escaparate, donde unos globos reales parecen querer salir a la realidad de la calle.
En la calle Arenal, entre franja de mosaico, una vivienda de finales del XIX se introduce en la modernidad. Fachadas de aluminio y cristal contra ladrillo, labra y forja.
Intento conseguido. Enhorabuena. Saludos,Luis.
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