lunes, 16 de mayo de 2016

Los lirios de mi madre.

Mi madre lleva ya más de un año en una silla de ruedas totalmente inmovilizada de cintura para abajo, con lo cual hay que ayudarla en todo lo que requiera movimientos y cambios de posición, pero cada vez que me ve me sigue preguntando por cada uno de los rincones de su jardín.

El rincón inmutable de los lirios

Esta tarde me ha preguntado por los lirios, pues desde las dos ventanas del salón dormitorio, no los ve.
He salido y de los tres lirios que han sacada flor le he sacado unas fotos para enseñárselas y de esa forma que pueda disfrutar también de su jardín aunque sea a través de la cámara.


Hasta que no llegue el calor de verdad no puede salir al jardín, pero ya le queda menos.
Estos lirios llevan saliendo en el mismo lugar desde hace décadas.
Son lirios germánicos, de unas tonalidades azules increíbles y  estarán dando  flor hasta bien entrado el mes de junio. Luego solo el verde de sus hojas estará presente.


El hombre que tiene mi madre cuidándole el jardín, yo le llamo el caballo de Atila, pues por donde el pasa planta que se carga, no ha conseguido hacerlos desaparecer, cosa que toda la familia estamos encantados y agradecidísimos.


El otro día me desarraigo tres rosales que había sacado porque decidió que estaban secos y esta semana me he encontrado que ha podado el membrillo dejándole dos ramas que casi tocan al cielo y las buenas las ha cortado. Eso sí, es una excelente persona.
Volviendo a los lirios, el jueves cuando suba a estar con ella, se los expondré en la pantalla de la televisión para que disfrute de ellos de verdad, pues es ahí donde ve las cosas sin gran esfuerzo.
Hoya sus casi 97 años, los hace el 27, hemos estado viendo la final de tenis de Roma y ha seguido el partido mejor que yo. Esta mañana la carrera de fórmula uno. Es una fan de Alonso y de Márquez en motos. Y le encanta el snooker, modalidad de billar en el que le introduje yo hace mucho tiempo, y se conoce mejor que nadie a los jugadores.


Le preocupa el futuro de su descendencia, y no le gusta como está el mundo, de tal manera que ha decidido que no quiere saber nada de las noticias y las manda quitar, pero luego hablas con ella y está enterada de todo.


Muchas veces, me pongo a pensar si seria yo capaz de estar sentado durante año y medio todos los días desde las 1º de la mañana hasta las 9 de la noche, el resto en la cama, y que mis hijos me enseñasen las flores en una máquina de fotos. Creo que para eso hay que tener una fuerza mental increíble y unas ganas enormes de vivir.
La verdad es que yo quería hablar de los lirios y he hablado de mi madre… Otro día será
Sed felices.

Antonio 

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