Hay que reconocer que las posibilidades que ofrece una gran ciudad desde una perspectiva cultural son fantásticas. Las grandes ciudades están aprovechando sus antiguos edificios industriales y en vez de derruirlos, se restructuran para realizar en ellos espacios culturales donde exponer, expresar o realizar distintas actividades relacionadas con el mundo del conocimiento. Y este es el caso del edificio visitado hoy. Una de las antiguas naves del matadero de Madrid, el almacen de patatas, convertido en un invernadero donde se presentan distintos tipos de plantas desérticas, tropicales y ecuatoriales.
La conservación en este caso de la estructura de finales del siglo XIX en unión con el diseño del arquitecto D. Luis Bellido y González a finales del siglo XX han dado como resultado un lugar increíble.
Paños acristalados y techos igualmente transparentes, dejan que la luz inunde su interior dando vida a las plantas allí existentes y alegría a los que en días de invierno nos acercamos a visitarlo.
Y existen dos estructuras: la metálica de su construcción realizada por el hombre y la vegetal hija de la naturaleza encargada de recrearnos; la conjunción de ambas es una maravilla.
Un hermoso lugar para visitar. Reestructurar los edificios utilizando las estructuras metálicas es algo que puede ser de bajo costo y dar una nueva vida a un edificio, en lugar de estar en ruinas y abandonado.
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