Si, habéis visto bien el titulo; he querido parar el sol.
La luz cálida de un sol limpio del mes de noviembre caía plácidamente sobre los árboles y las plantas del Real Jardín Botánico de Madrid.
La borrachera de color era increíble. Verdes brillantes y amarillos relucientes se daban la mano con colores múltiples. No sabias donde mirar. Cada rincón era una foto, una imagen que quedaba grabada en la retina y que se superponía con la siguiente.
He querido parar el sol con el pensamiento. También con el corazón. Quería mantener a toda costa aquella maravillosa luz que esta tarde rondaba el botánico. Color y luz o luz y color, da igual el orden.
Árboles desnudos y otros aun vestidos con su traje verde, amarillo o rojo, pero todos encendidos por la luz cálida del sol poniente. Sol que en el botánico se pone antes porque los edificios del otro lado del paseo del Prado elevan el horizonte.
He hecho tantas fotos hoy que casi hay para realizar una enciclopedia de una tarde de noviembre en el botánico madrileño. Pero no asustaros; tengo en mente solo presentaros tres trabajos sobre este tema en el blog.
Y he decidido que lo mejor era empezar por el final, cuando ya practicamente se deberia haber guardado la máquina de fotografiar.
Empezar a la hora donde ya la luz y la sombra se abrazaban en una maravillosa despedida.
Preciosos árboles en otoño vistos a través de tus ojos, que van mucho más allá.
ResponderEliminarNo habia visto este comentario. Gracias, Sira
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