Cuando estás a la espera de acontecimientos importantes, muy importantes, los minutos discurren lentamente, muy lentamente.
Hay que buscar la forma de amortiguar esa angustia moderada de la impaciencia, que no es otra cosa que el no poder hacer nada, sino solo esperar.
Y aprovechando un rato de estos en la noche de hoy, que va a ser larga, que mejor que recordar ratos que he pasado fotografiando bichos por las tierras altas de Guadarrama.
Son insectos y alguna que otra araña. Las arañas no son insectos, son arácnidos.
ALGUNOS BICHITOS DE ESTE VERANO
El abejorro como un pequeño colibrí intenta succionar el polen de la flor sin pararse sobre ella.
Tan pequeño este que se ven perfectamente grandes las celdas de la hoja.
Me puse a fotografiarla y al final se molesto y se salió de dentro de la funda del grano que era su hogar.
Siempre me ha hecho gracia el puntito que tienen los saltamontes en el ojo que te mira te pongas donde te pongas. ¿Sera un ojo simple dentro de uno compuesto?
Las moscas son un recurso para quitarte el mono si no has encontrado que fotografiar. Están en todas partes.
Nunca mejor dicho: Poniéndose morado.
A la caza de pulgones. Recorrerá todas las ramitas del cardo intentando ponerse las botas.
En posición de arrearte un guantazo.
Cuando hacer el amor es una razón social ¿Qué mejor que una flor?
El chinche estuvo toda la noche de juerga y ahora descansa sobre la hoja seca dejando descolgar sus patas.
Si os fijáis en ese ojo izquierdo, todo rojo, también tiene el puntito mirándonos.
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