miércoles, 9 de diciembre de 2015

Flores con poesía CCLXII: Canción de la muerte pequeña.-

Nace nuestro poeta de hoy, en Fuente Vaqueros, provincia de Granada en España, en el año de mil ochocientos noventa y ocho, en el seno de una familia acomodada.
Estudia en su pueblo natal hasta la edad de once años cuando la familia se traslada a vivir definitivamente a Granada.


Ingresó Federico García Lorca en la Universidad de Granada, y realiza allí la carrera de Derecho y la de Filosofía y Letras.
Entra, en esta marvillosa ciudad, en contacto con jóvenes intelectuales y asiste a las reuniones de la tertulia El Rinconcillo, junto a Luís Rosales.
Decide terminar sus estudios en Madrid, concretamente en la Residencia de Estudiantes donde entrara en contacto con personajes de la talla de Dalí, Alberti y Buñuel.
Viaja a Estados Unidos y Argentina y regresa a España para morir fusilado por el bando alzado en un camino de la provincia de Granada en agosto de mil novecientos treinta y seis.
Federico García Lorca es la expresión máxima de los poetas de la llamada generación del 27. Pero no se le puede catalogar solo ahí, no, García Lorca es un grandísimo dramaturgo, estupendo conferenciante, músico y pintor, director de escena tanto en España dirigiendo La Barraca como en países como Argentina.
Amigo de escritores insignes como Pablo Neruda o músicos, como Manuel de Falla, Federico García Lorca era por encima de todo español hasta la médula.
Me gustan unas palabras que pronuncio en una entrevista respecto al tema y que he encontrado en Wikipedia: “Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política


Lorca murió con treinta y ocho años, y con esa muerte tan joven, se perdió el que pudo ser el más gran poeta de este país de todos los tiempos.
No voy a hablaros de su obra y sus estilos. Hay tanto escrito por gente tan conocedora de Federico, que prefiero dejaros solo una de sus poesías.
Una poesía en la que aparecen los signo de la muerte de Lorca uno detrás de otro. La muerte le preocupaba a Lorca, está en un montón de palabras. Palabras de muerte.
Sería un premonición.
Espero que os guste.

CANCION DE LA MUERTE PEQUEÑA

Prado mortal de lunas
y sangre bajo tierra.
Prado de sangre vieja.

Luz de ayer y mañana.
Cielo mortal de hierba.
Luz y noche de arena.



Me encontré con la muerte.
Prado mortal de tierra.
Una muerte pequeña.

El perro en el tejado.
Sola mi mano izquierda
atravesando montes sin fin
de flores secas.



Catedral de ceniza.
Luz y noche de arena.
Una muerte pequeña.

Una muerte y yo un hombre.
Un hombre solo, y ella
una muerte pequeña.



Prado mortal de lunas.
La nieve gime y tiembla
por detrás de la puerta.

Un hombre, ¿y qué? Lo dicho.
Un hombre solo y ella.
Prado, amor, luz y arena.
--o0o--


Sed felices.
Antonio

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