Esta mañana mi hijo me ha llamado porque al limpiar la piscina ha visto que una gran mosca se estaba ahogando en ella.
La hemos rescatado con el cedazo y, ante su estado de shock, he aprovechado para hacerle las fotografías que vais a ver.
La primera cosa que me ha llamado la atención era su ala derecha totalmente estirada, señal de que estaba dañada, mientras que la izquierda permanecía pegada al abdomen.
Otra es que si bien al salir del agua solo le hemos detectado una gota en una pata por el contrario luego nos hemos apercibido de que al bajar del cedazo había arrastrado una en su ojo izquierdo que le daba un aspecto extraño, casi de pirata o más bien de un joyero mirando con la lupa.
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