Ayer por la mañana salí a andar por uno de los caminos que suben desde Guadarrama a Tablada y encontré este campo ya en las afueras, allí donde las urbanizaciones y el campo se unen, y decidí que valía la pena intentar captar algo en esa pequeña superficie.
La verdad es que parece mentira que alrededor de una solana con un árbol, dos zarzas y mucho cardo pueda encontrarse belleza en cosas vivas junto con otras ya muertas.
Flores que son y flores que fueron fotografiadas ayer, esa es la idea de esta presentación.
Flores de campo, sencillas, que nos muestran su belleza durante y después de ser. Altos cardos de más de 2 metros de altura y otros pequeños que no sobrepasan los cuarenta centímetros, mezclados con zarzamoras, bellas espigas y semillas de hierba aun cogidas a sus tallos, y todos ellos con una belleza aplastante estando vivas o muertas.
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