viernes, 16 de diciembre de 2016

Flores con poesía CCXC. Epigramas.-

Nace nuestro poeta en mil quinientos noventa y seis en Villacastín, provincia de Segovia, como queda demostrado por el acta de nacimiento existente en la parroquia.



Miguel Moreno, debió recibir una buena educación y hubo de estudiar Leyes, pues se le conoce como notario y secretario del rey Felipe IV y del duque de Bejar.
Como poeta y escritor alcanzó un alto grado de fama y fue estimado por otros grandes autores del Siglo de Oro, como Lope de Vega, que le admiro muchísimo, llegando a escribir de él esta silva en su Laurel de Apolo:

Aunque este nombre por el sol le han dado,
no siempre Apolo es rubio ni dorado,
como lo prueba con su ingenio solo
Miguel Moreno, que es Moreno Apolo,
porque escribiendo, de conceptos lleno,
la pluma es dorada y él Moreno.

Felipe IV debió considerarle hombre de gran confianza y le mando a Roma con la embajada que debía presentar el documento titulado Memorial de los Excesos, que se cree redacto él, en el que se protestaba del trato dado a los españoles en la Ciudad Eterna.
Miguel Moreno era diplomático y ello pesaba sobre su forma de escribir, pues consideraba que estando a las órdenes del rey de España sus textos debían guardar la compostura debida a su oficio.
Quizá por ello sus epigramas, que se editaron en Roma el mismo año de su muerte son escuetos, relatando exclusivamente contrastes de ideas, hechos, dichos y costumbres.



Debió morir repentinamente en Roma en mil seiscientos cincuenta y cinco.
Os he colocado cuatro epigramas de los doscientos que formaban el libro editado en Roma con el titulo Flores de España.
Espero que os gusten los cuatro elegidos.
Un epigrama es una breve composición poética que busca una sola expresión, una solución o respuesta a algún sentimiento o hecho


EPIGRAMAS

I
Don Juan buena cuenta daba
de grandes y varias cosas,
y hubo, entre envidias rabiosas,
quien de indocto le notaba.
Pero él con garbo decía
(contento a más no poder)
que no era poco aprender
del libro de cada día



II
Pides, Claudio, que te diga
que día me es muy sabroso,
y preguntar tan curioso,
más que desagrada, obliga.
Es aquel en que me halle
(oye, que es para observado)
libre de pena y cuidado
de todo lo que hable.



III
Estando Andrés muy dudoso
en una resolución,
le pregunto el caso a Antón,
como amigo cuidadoso.
Con dolorosa eficacia
dijo (por aquí le indicia):
“No hay mal como con justicia
obrar, y dar en desgracia.”



IV
A recibir persuadía
Juan la joya que le daba
a un ministro, y mucho instaba
en que callarlo sabría.
Respondió: “No me aprovecha
que lo calles como amigo,
pues quedas siempre testigo
de que hice cosa mal hecha”
--o0o--



Nada mas por hoy.
Solo desearos felicidad.

Antonio 

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