viernes, 18 de septiembre de 2015

Flores con poesia CCLIV.- Las moscas y El sombrerero

Nace nuestro poeta en Laguardia, en la Rioja alavesa en el año de mil setecientos cuarenta y cinco.
De rica familia, es educado inicialmente por un preceptor y posteriormente estudia en Bilbao y Francia, donde entra en contacto con el mundo de la Ilustración. Quizás sea aquí donde Félix María de Samaniego aprende el arte de la crítica a las instituciones políticas y religiosas.


De vuelta en España, se relaciona más íntimamente con su tío, el conde de Peñaflorida, que le anima a escribir temas para la educación de los alumnos del colegio de Vergara, perteneciente al Real Seminario Bascongado de los Amigos del País (Vasco) del que era socio fundador y del que fue director en dos ocasiones.
Amigo de Iriarte, quien le abrió el camino para publicar sus Fábulas, paso posteriormente a ser su gran enemigo, debido a una frase en la publicación de las Fabulas de Iriarte en las que indicaban que estas eran las primeras y auténticas.
A parte de sus fábulas, Samaniego, escribió también unas composiciones poéticas eróticas tituladas El Jardín de Venus.


De las Fabulas os he elegido dos para el día de hoy.
La primera, El sombrerero, me parece una sátira graciosa. La segunda, Las moscas, una crítica fantástica a los vicios.
Félix María de Samaniego murió en su ciudad natal en mil ochocientos uno.
Espero que disfrutéis con la lectura de estos versos.

EL SOMBRERERO

A los pies de un devoto franciscano
acudió un penitente. ‑Diga, hermano:
¿Qué oficio tiene?
- Padre, sombrerero
-¿Y qué estado?
- Soltero.
-Y ¿Cuál es su pecado dominante?
-Visitar a una moza
-¿Con frecuencia?
-Padre mío, bastante.
-¿Cada mes?
-Mucho más
-¿Cada semana?
-Aún todavía más.
-¿La cuotidiana?
-Hago dos mil propósitos sinceros…
-Pero, dígame, hermano, claramente:
¿dos veces cada día?
-Justamente.
-Pues ¿Cuándo diablos hace los sombreros?
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LAS MOSCAS

A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que, por golosas, murieron,
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que les domina.
--o0o--


Espero que os hayan gustado estas dos fábulas.
Sed felices.
Antonio.

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