lunes, 17 de diciembre de 2012

ROCA Y MUSGO.-




Roca y musgo o musgo y roca; que más da. La base de granito, el bosque de roble, la altura y la temperatura permiten que el bosque se tiña de verde. De un verde que contrasta con las ocres hojas de los robles que pueblan estos montes escurialenses.
Ambos  son afines, se necesitan el uno al otro para convivir. El granito le da sustento y soporte al musgo y este embellece la roca, como si de una maravillosa peluca se tratase.
Inmensas bolas de granito que afloran allí donde la naturaleza le dio más fuerza que a sus hermanas, que con el tiempo se convirtieron en arenas, que iluminan el paisaje con grotescos castillos pétreos que te empequeñecen. Pintadas de colores grises y pequeños cristales, los granitoides gigantes crecen ante nosotros, superan a los robles jóvenes y nos ponen en el lugar que nos corresponde por estatura y por edad.
Los musgos, como alfombras persas teñidas de verde, repiten cada año su llegada temporal del otoño. Los fríos, las primeras nevadas y heladas que enfrían las rocas, preparan el camino para que estos reaparezcan con fuerza. Ha pasado la época del calor donde los musgos se han reducido a pequeñas muestras en la roca, secos, desolados; es el momento de resurgir triunfantes y los fríos y la humedad de este otoño han contribuido a ello.
Vuelve el invierno, se está acercando a pasos agigantados.
Os dejo con unas pocas fotos; el día no era muy bueno, las luces mezcladas con las nieblas y las nubes no dejaban salir a un sol tibio, sin fuerza; de todas maneras ahi estan, espero que os gusten.































Buen día a todos.
Sed felices.
Antonio

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