Nuestro poeta nace en Santander en mil ochocientos noventa y seis. Estudia allí el bachillerato y en la Universidad de Deusto estudia Filosofía y Letras, doctorándose posteriormente en Madrid.
Aprobadas las oposiciones a Catedrático de Lengua y Literatura, dio clases en distintos Institutos, terminando en el de Madrid.
Gano el Premio Nacional de Literatura en mil novecientos veinticinco.
Podemos decir que Gerardo Diego es uno de los grandes líricos españoles contemporáneos. Influenciado en un principio por Vicente Huidobro, supo compaginar el modernismo con la poesía clásica y es un músico en el concepto total de la palabra aplicada a la poesía.
Su poesía está llena de profundidad, musicalidad, emoción increíble y humana.
En mil novecientos cuarenta y siete es nombrado miembro de la Real Academia Española y gana el premio Cervantes en mil novecientos setenta y nueve.
Entre su obra poética destacamos:
Imágenes. Poemas; Soria, Fábula de Equis y Zeda, La luna en el desierto, Segundo sueño, Canciones a Violante, La suerte o la muerte, El romancero de la novia, Versos divinos... Y un largo etcétera de títulos de una obra poética increíble.
Murió en Madrid en mil novecientos ochenta y siete.
He seleccionado, de Gerardo Diego, un poema titulado: No está el aire propicio.
Espero que os guste.
NO ESTA EL AIRE PROPICIO...
No está el aire propicio para estampar mejillas.
Se borraron las flechas que indicaban la ruta
más copiosa de pájaros para los que agonizan.
Se arrastran por los suelos nubes sin corazón
y a la garganta trepa la impostura del mundo.
No está el aire propicio para cantar tus labios,
tu nuca en desacuerdo con las leyes de la física,
ni tú pecho de interna geografía afectuosa.
Las tijeretas gorjean mejor que las calandrias
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