El maravilloso mundo de los insectos discurre a nuestro alrededor sin muchas veces darnos cuenta que está allí, a nuestro lado, haciéndonos compañía y trabajando sin cesar para que nuestros campos den los frutos y las cosechas que sin ellos sería imposible.
Las fotos de hoy son de un primero de agosto en los campos de Guadarrama. Entre cardos y flores de anís, cerca del embalse de la Jarosa, donde, como si fuese un lugar de cita, se reúnen todo tipo de abejas, seudo abejas, moscas y cualquier otra cosa pequeña, alada y de colorines que me fascina.
Próximamente os iré colocando los nombres de cada insecto en las fotografías, pero hasta entonces os ruego que me disculpéis y os conforméis con los pobres comentarios que vayan debajo de ellas.
En el próximo capítulo os voy a colocar unas fotografías tomadas cerca de esta zona con fotos más cercanas que estas.
Pasadlo bien
Tomando el sol en una hoja seca.
Solitaria, esta mosca disfruta del néctar de la flor. Pronto llegarán otros comensales.
Cabeza martillo come ávido. No le importa mi presencia; soy uno más.
En el cactus de al lado esta abeja recolecta cargando en sus patas y su abdomen todo el polen que puede.
Y otro abejorro melero comparte con alguien la flor del cardo borriquero. Mas de un pinchazo me he llevado con esas púas.
Empieza la rueda de molino. El mas grande echará al mas pequeño cada vez que decida cambiar de flor y esta esté ocupada.
Un ariete volador, cabeza grande y fuerte y cuello robusto que le une a su tórax. Mas abajo un diminuto amigo pasta tranquilamente.
A esta pequeña abeja peluda de colores suaves no le importa comer en la mas inverosímil de las posiciones. Si el néctar está bueno vale la pena hacer equilibrios.
El amigo arco iris se limpia las manos después del banquete. Buen provecho.
Abre las alas. Hay que calentar motores para ir a otro lugar. Buen día amigo.
Nada más. Sed felices.
Antonio
Abejorro en la flor del cactus borriquero.
Solitaria, esta mosca disfruta del néctar de la flor. Pronto llegarán otros comensales.
Cabeza martillo come ávido. No le importa mi presencia; soy uno más.
En el cactus de al lado esta abeja recolecta cargando en sus patas y su abdomen todo el polen que puede.
Y otro abejorro melero comparte con alguien la flor del cardo borriquero. Mas de un pinchazo me he llevado con esas púas.
Empieza la rueda de molino. El mas grande echará al mas pequeño cada vez que decida cambiar de flor y esta esté ocupada.
Un ariete volador, cabeza grande y fuerte y cuello robusto que le une a su tórax. Mas abajo un diminuto amigo pasta tranquilamente.
A esta pequeña abeja peluda de colores suaves no le importa comer en la mas inverosímil de las posiciones. Si el néctar está bueno vale la pena hacer equilibrios.
El amigo arco iris se limpia las manos después del banquete. Buen provecho.
Bueno, ha decidido seguir comiendo.
Abre las alas. Hay que calentar motores para ir a otro lugar. Buen día amigo.
--o0o--
Nada más. Sed felices.
Antonio
Impresionante Maestro
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