jueves, 27 de junio de 2013

FLORES CON POESIA XCV.- Canción

 
Nuestro poeta, nacido según se supone, en el año de mil trescientos noventa y cinco en el pueblo gallego del Padrón.
 
 
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Poco se conoce de su vida, eso sí se sabe que llego a ser paje del rey Juan II y por lo tanto hombre de corte. Culto tuvo que ser pues pocos en aquella época escribían y aun menos componían versos o cuentos como es el caso de nuestro autor.
Se sabe también que Juan Rodríguez del Padrón acompaño al cardenal Cervantes al concilio de Basilea como secretario del mismo y que debido a unos amores arruinados con una dama se cree que se retiro a su tierra natal a algún convento de los montes gallegos, pero todo esto queda aún por esclarecer.
Entre sus obras conocidas destaca El triunfo de las donas, obra con la ensalza a las mujeres y con la que quiso rebatir El Corbacho escrito por D. Alfonso Martínez de Toledo que fue el arcipreste de Talavera de la Reina, en contra del amor mundano. Otra de sus obras es una novela titulada El siervo libre de amor y se cree que otras obras suyas son los romances siguientes: Conde Arnaldo, Rosa florida y la Infantita.
 
 
 
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Se supone que murió en su tierra en el año de mil cuatrocientos cincuenta y dos.
Os dejo una de sus canciones.
 
 
  CANCION
 
 
Fuego del diuino rayo,
dolce flama syn rdor,
esfuerzo contra desmayo,
remedio contra dolor,
alumbra tu seruidor.
 
 
 
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La falsa gloria del mundo
e vana properidat
contemplé;
con pensamiento profundo
el centro de su maldat
penetré.
 
 
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Oyga quien es sabidor
el planto de la serena,
la qual, temiendo la pena
de la tormenta mayor,
plañe en el tiempo mejor.
 
 
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Asy yo, preso de espanto,
que la diuina virtud
ofendí,
comienÇo mi triste planto
fazer en mi iuuentud
desde aquí;
los desiertos penetrando,
do con esquiuo clamor
pueda, mis culpas llorando,
despedirme syn temor,
de falso placer e honor.
 
 
 
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FIN
Adios, real esplendor
que yo serui y loe
con lealtat.
Adios, que todo el fauor
e cuanto de amor fable
es uanidat.
Adios, los que bien amé;
adiós, mundo engañador;
adiós, donas que ensalcé,
famosas, dignas de loor.
¡orad por mi, pecador!
 
 
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Como habréis visto os he dejado el poema tal como estaba escrito, con el castellano del XV en el que aun las uves eran ues.
Espero que os haya gustado esta canción.
Sed felices.
Antonio 

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