Nuestro poeta nació en Sanlúcar de Barrameda en mil quinientos sesenta y cuatro. Sobrino de un canónigo sevillano que le educo en las letras, estudió pintura, poniendo su propio taller en Sevilla.
A su taller llegaron muchísimos escritores de la época con los que trabó amistad como Cervantes, Lope de Vega, y un largo etcétera de ellos.
En su taller, Francisco Pacheco del Rio, tenía una tertulia literaria en la que normalmente asistían Jáuregui, Caro Villegas, Vicente Espinel y otros autores.
Hoy en día, cuando hablamos de él, lo relacionamos más con la pintura, al ser el maestro y suegro del gran Diego Velázquez; por otro lado sus obras de pintura son magistrales.
Pacheco nos ha dejado una buena obra poética, encajada en el renacimiento, con métricas italianas y quizás rozando algo el barroco.
Murió en Sevilla en mil seiscientos cincuenta y cuatro a la edad de noventa años, edad nada despreciable para la época.
Os dejo su soneto a Cristo
A CRISTO
Pudieron numerarse las señales
que en vuestra carne delicada y pura,
¡Oh imagen de la eterna hermosura!,
el reparo imprimió de nuestros males;
aunque fueron en si tantas y tales,
que el ingenio, no solo a la pintura,
vencen, y tu, ¡oh sagrada vestidura!,
No hay comentarios:
Publicar un comentario