El otro día, el amigo Luis y yo, nos dimos una fantástica vuelta por un Real Jardín Botánico de Madrid, que estaba lleno a rebosar de estudiantes en viaje de final de curso.
Y me parece genial que esos colegios e institutos accedan con sus alumnos a parques temáticos como este, que ponen en contacto a los jóvenes con la naturaleza de su país y con la de infinidad de otros países de distintos continentes.
Tendría que ser una materia obligatoria la enseñanza del entendimiento de la naturaleza que nos rodea, ya sea vegetal, animal o mineral. Es necesario que logremos que nuestros pequeños pongan algo de su atención en las maravillas vivientes que el mundo pone a nuestro alcance y que para muchos de ellos pasan desapercibidas por culpa de las nuevas tecnologías mal aplicadas.
Y sin engañarles, enseñándoles la realidad de un mundo, a la vez gigante y a la vez minúsculo, en el que la lucha por la supervivencia es esencial. Pero conocerlo, es de alguna forma ahondar en nuestro propio conocimiento y sentimiento, es poder comprender la existencia en si misma. La Filosofía en si misma es una aplicación de esa observación.
Por eso os invito a que salgáis al campo con vuestros hijos, sobrinos o nietos, dejando los móviles en casa, intentando encontrar en las pequeñas flores la belleza que albergan, en los insectos que sobre ellas viven, la vida a pequeña escala pero tan necesaria.
Acerquemos a nuestros jóvenes a la Naturaleza, demosles la oportunidad para que sepan convivir con ella. Pero es esencial que dejemos nuestra pereza a un lado y la conozcamos nosotros también. ¡Como vamos a enseñarla si nosotros mismos no la conocemos!
Y para terminar aquí os dejo el resto de fotos tomadas en el Real Jardín Botánico de Madrid el 16 de junio, antes de ayer.
No he querido subtitular cada una de las flores que aqui aparecen; podría hacerlo, pero ¿de que sirve el nombre si no somos capaces de contemplarlas?
Sed felices, aparte de merecerlo, tenéis esa obligación.
Sed felices, aparte de merecerlo, tenéis esa obligación.
Antonio
Magnífico alegato de cómo y porqué observar y atender lo que la Naturaleza nos ofrece de forma maravillosa. Saludos, Antonio.
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