Los arácnidos son unos animales con ocho patas a diferencia de los insectos que tienen seis y además están desprovistos de alas.
La otra tarde en Valdemorillo, al Oeste de la provincia de Madrid, en un prado donde pude meter el coche me dedique a recorrer maquina de fotografiar en mano, sus matas y me lleve la gran sorpresa que en cada mata seca de hinojo había una araña aposentada con su tela, unas veces situado en el centro de la diana y otras encima de uno de los palitroques secos como si fuese un ápice mas de la planta.
Pero a las arañas, cuando el sol esta a contraluz, les delata su propia tela que al ser más opaca que el aire produce el característico dibujo contra el cielo.
Lógicamente si hay arañas tiene que haber más bichos, insectos sobre todo, para que ellas puedan alimentarse y tienen que ser estos abundantes pues el numero de arañas era increíblemente grande. Y ciertamente los había, desde un moscardón azul a una pequeña mantis que se mostro cauta y asustadiza, pero que se dejo de fotografiar.
No podían faltar ni las orugas ni su continuación que son las maravillosas mariposas, que ahora mismo están inquietas y cuesta acercarse a ellas a fotografiarlas, pero que según vayan pasando los días las tendremos mas cerca y mas confiadas.
La araña tejida ya su tela va ascendiendo por el palitroque buscando un lugar cómodo para esperar a sus presas, que seguramente comenzaran a verse más con la caída del sol.
Colocada en la parte superior de la hierba parece más una semilla de esta que una araña. Agazapada y tranquila sabiendo que de momento sus depredadores no están aun activos y yo, por lo visto, le importo muy poco.
Con sus pelos de entre los ojos al aire, este moscardón azul estaba posado en una piedra de la valla tomando el sol tranquilamente y no le importo lo mas mínimo que pusiera mi maquina a escasos centímetros de él. Sus ojos están relleno de miles de pequeños puntitos por los que seguro que me está observando.
Algo le ha llamado la atención pues ha bajado unos centímetros de la cumbre. A casi contraluz, sus patas parecen de cristal y está claro que no se depila. Menudos aguijones tiene a lo largo de sus patas.
Estas dos orugas estaban tranquilamente tomando el sol extendidas completamente. Ante el movimiento de la inferior, la de arriba se hizo un ovillo.
Fijaros en un detalle. La oruga inferior se la ve delgada con estrecheces a lo largo de su cuerpo. A la oruga superior se la ve gorda y entera. Parece como si la primera estuviese enferma.
Un macho de la araña espera pacientemente a unos veinte centímetros por encima de la hembra a que esta de señales de estar dispuesta al apareamiento. Mientras tanto, disfrutara de los últimos rayos de sol de la tarde. No se moverá si no está seguro de ser reconocido. Si toca la tela y la araña tiene hambre, no habrá descendencia.
Una pequeña mantis, seguro que una ninfa, no mayor de dos centímetros correteaba entre los hierbajos mientras fotografiaba a las arañas.
Me costó muchísimo fotografiarla y me daba miedo romper alguna telaraña. Simpática, se te quedan mirando estáticas y amenazadoras, como si te fuesen a aserrar con esas patas delanteras.
La oruga también ha subido buscando un lugar donde convertirse en mariposa. Si encuentra el lugar apetecible se meterá en un capullo de seda y se irá haciendo una bella mariposa, quizás como la que vais a ver a continuación.
Preciosa, con sus tonos anaranjados tomaba el sol sobre la tierra húmeda de estos días pasados de lluvias. No había muchas, pero está claro que es pronto en estas tierras altas pegando a los montes Escurialenses que no están a más de doce quilómetros en línea recta.
Y como si estuviese preparan do su lecho nupcial esta araña ha tejido una especie de habitáculo junto a su tela de araña. Quizás sea porque espera al macho que hemos visto antes y le quiere ofrecer un buen lugar, cómodo y discreto donde arrullarse.
Espero que os haya gustado.
Sed felices. Nada más de momento.
Antonio
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