Nace nuestro poeta en Sevilla en el año mil quinientos sesenta y cuatro en familia noble.
Estudio en su tierra natal y fue caballero Veinticuatro de Sevilla.
Dedico gran parte de su fortuna en ayudar a los que no tenían y también en proteger a escritores y músicos, gastándose como mecenas ingentes cantidades de dinero.
Juan de Arguijo fue un poeta del renacimiento, que detestaba el culteranismo, de ideas clásicas, al que le gustaba componer alrededor de los temas mitológicos.
Procurador en Cortes en mil quinientos noventa y ocho por su ciudad, a Juan de Arguijo le gustaba narrar cuentos en las tertulias que organizaba en su gran mansión sevillana. En dichas tertulias se daba cabida a los músicos y poetas del momento.
Fue un gran sonetista. Llego a escribir más de cien sonetos y gran cantidad de epigramas. Lope de Vega le dedico La hermosura de Angélica. Fue un gran escritor de epístolas y cartas.
Su poesía es de una forma y medida impecables, lleno de suavidad y con gran sensibilidad.
Murió en Sevilla el año mil seiscientos veintitrés y se le puede considerar uno de los grandes poetas del Siglo de Oro.
Os he elegido un poema titulado La tempestad y la calma. Espero que os guste este soneto.
LA TEMPESTAD Y LA CALMA
Yo vi del rojo sol la luz serena
turbarse, y que en un punto desparece
su alegre faz, y entorno se oscurece
el cielo con tiniebla de horror llena.
El austro proceloso airado suena,
crece su furia, y la tormenta crece,
y en los hombros de Atlante se estremece
el alto Olimpo y con espanto trueno;
Más luego vi romperse el negro velo
deshecho en agua, y a su luz primera
restituirse alegre el claro día,
y de nuevo esplendor ornado el cielo
miré, y dije: ¿Quién sabe si la espera
igual mudanza a la fortuna mía?
--o0o--
Nada más por hoy. Sed felices.
Antonio
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