En la calle de Ríos Rosas, subiendo a la derecha, escondida entre los árboles se encuentra una de las joyas de la arquitectura de finales del siglo XIX en Madrid. Debido a su situación y al ajetreado mundo en el que vivimos, es muy fácil pasar por delante de ella sin percatarse de su presencia.
Fachada Sur a calle Rios Rosas
Pero si te paras a mirar y comienzas a analizar su fachadas te das cuenta de que existe un cierto parecido en su concepto con otros edificios de la capital de España, como puede ser el Palacio Velázquez del Retiro madrileño, o la sede del actual ministerio de Agricultura o incluso el mismísimo Palacio de Cristal.
Azulejo con ladrillo
Y hay que buscar en quien es el arquitecto para entenderlo y este no es otro que Velázquez Bosco.
Mural Oeste
Este edificio se comenzó a construir en 1884 basándose en la técnica empleada por Bosco, es decir mezcla de ladrillo, hierro y cerámica y sobre todo buscando la luz. Completamente rectángulas tiene unas dimensiones aproximadas de 48x34 metros.
Interior de la escuela
Impresiona al entrar, encontrarse con un patio central, profusamente iluminado debido a una gran claraboya que lo cubre. Dos plantas rodean el patio realizadas sobre arcos y estructura metálica y a su alrededor las aulas donde se imparten las enseñanzas relativas a esta carrera.
Disposicion de arcadas sobre columnas metalicas
Las cúpulas que cubren las 4 esquinas del edificio son de principios del siglo XX y están repletas de esculturas mitológicas y de mineros, obras de Eduardo Barrón, Vallcells y Ángel García Díaz.
Maqueta de torre petrolifera
Una de las cuatro cupulas del S.XX
Las fachadas de ladrillo al igual que en el Palacio de cristal estas decoradas con motivos florales en cerámica realizados por Zuloaga, al igual que los dos murales existentes en las fachadas este y oeste que son realizados por Zuloaga bajo los bocetos de Manuel Domínguez y Vicente Oms.
Estatuas de los dos profesores
Bajo el pórtico de entrada hay dos estatuas que representan a los insignes profesores Luis de la Escosura y Luis Guillermo Schultz realizadas por el escultor navarro Fructuoso Orduña Lafuente.
Sabía pero no conocía esta joya. Me obligas a ir en plan fotógrafo. Gracias por enseñarlo.
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