Esta mujer, destinada a ser reina de España nació en Madrid el año mil ochocientos treinta.
Hija de Fernando VII y de Dª María Cristina de Borbón y dos Sicilias, es la única hija del rey y cuando este muere tiene tres años de edad, proclamándose por lo tanto reina de España bajo la regencia de su madre.
El reinado de Isabel II está lleno avatares: las Guerras Carlistas, el golpe de estado del General Espartero que asume la regencia, la revolución de 1868 conocida como la Gloriosa, que la obligó a exiliarse en Francia.
A los trece años el gobierno español ante los problemas que planteaban las regencia le concede la mayoría de edad y a los dieciséis se casa con su primo D. Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz.
Once hijos nacieron de este matrimonio, que nunca fue bien avenido, de los cuales seis murieron al nacer o poco después y cinco sobrevivieron entre ellos Alfonso que reinaría como Alfonso XII. Tan mal fue el matrimonio que una vez que la reina abdicó, cada uno vivió su vida.
En mil ochocientos setenta abdica en su hijo al que verá morir.
Es conocedora de la Primera Republica Española y ve subir al trono a su nieto Alfonso XIII.
Durante su reinado el país se modernizo, se realizaron ferrocarriles y se recupero algo la marina, pero fue una reina que se interpuso muchas veces en contra de sus gobiernos y llego ella misma a proclamarse primera ministra.
Murió en Paris en mil novecientos cuatro, siendo enterrada en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
La estatua existente en la Plaza de Isabel II o Plaza de la Opera, la costeo Manuel López de Santaella, amante de la reina, y la realizo el profesor de escultura de de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, José Piquer y Duart.
Fijaros En los detalles que tienen el vestido y la pulsera. Para mí lo peor la cara de la reina.
Pasa totalmente desapercibida en la plaza, se le debía dar más realce con un jardín alrededor o cualquier otra cosa.
Tan conocida era la relación entre Santaella y la reina que apareció al día siguiente de la colocación de la estatua estos versos colocados en ella:
Santaella, de Isabel
costeo la estatua bella,
y del vulgo, el eco fiel,
dice que no es Santo él
ni tampoco Santa ella.
--o0o--
Nada más por hoy. Sed felices.
Antonio
Buen buscador de rincones madrileños. Y otros. Saludos.
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