Nace nuestro poeta de hoy en el año mil setecientos quince, aunque otros aseguran que fue cinco años después, en Granada.
Estudio en su ciudad natal, educándose en el colegio del Sacro Monte a las afueras de la ciudad, lugar entonces donde regia el centro de la cultura en Granada.
Hijo bastardo, José Antonio Porcel, eligió la carrera eclesiástica y se doctoró en Cánones y Teología.
Perteneció a la Academia del Trípode con el nombre de El Caballero de Tahalíes y también a la Academia del Buen Gusto de Madrid con el nombre del Aventurero.
En mil setecientos cuarenta acompaña al conde de Torrepalma como capellán y amigo a la Corte. Allí, introducido en los ambientes culturales es admitido en la Real Academia de la Historia y en la Real Academia Española.
De estilo neoclásico, Porcel, fue un poeta de éxito, siguiendo el estilo de Garcilaso de la Vega y de Góngora, de los que se ve la influencia.
Escribió con soltura y su gran triunfo fue El Adonis, escrito en cuatro églogas venatorias siguiendo el más estricto de los métodos neoclásicos.
Volvió en el año mil setecientos cincuenta y uno a Granada y muere en esta ciudad en mil setecientos ochenta y nueve.
Os he dejado un soneto a la muerte del rey Felipe V.
EPITAFIO AL REY FELIPE V
En este esplendor, no de egipcio vano,
regio túmulo si, santo reposo,
el monarca se esconde más glorioso
que triunfó del inglés, postró al germano.
De los Filipos del imperio hispano
fue el quinto, y el primero en lo animoso;
que el cetro, aun más que a su natal dichoso,
debió al Cielo, a su espada y a su mano.
Premió virtudes, castigó maldades
de su fe y su justicia el celo santo,
fue dechado de honor y de heroísmo.
Murió para vivir en las edades.
¡No habrá en el orbe rey que sea tanto!;
pero todos vendrán a ser lo mismo.
--o0o--
Nada más por hoy. Sed felices.
Antonio
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